Una
persona que ama a Dios, la naturaleza, y sus criaturas, debe abstenerse
de todo producto relacionado con la crueldad animal.
Como
vaisnavas, estamos en contra de todo experimento de investigación
médica y científica que utilice a los animales como pobres
víctimas de sus curiosidades malintensionadas y morbosas.
Los
vaisnavas estamos también en contra del trato violento a las vacas
en las modernas "fábricas de leche". Sin embargo, nuestro concepto
es diferente al de la filosofía vegana la cual prescinde de los
productos animales por completo. Debido a que Dios es el legítimo
disfrutador de todo, Él bendice a aquellas entidades vivientes-
que contribuyen a Su placer o al servicio de Sus devotos. La cultura Védica
nos concede la bendición de ofrecer a Dios la leche de vaca y sus
sub-productos, al igual que otros productos animales tales como la miel
y la lana. Esta idea se extiende también a la impresión de
libros- sagrados, o de valioso contenido substancial; así millones
de árboles no deberían ser sacrificados para la inútil
impresión de revistas de modas o de literatura similar. Esta práctica
ha causado un desastre en el equilibrio natural y constituye, de acuerdo
a los Vedas, un acto pecaminoso. Sabiendo que el trato que se da a ciertos
animales es equivocado, los vaisnavas ofrecen, por ejemplo, la leche a
Dios, para dar a ellas la oportunidad de servir a Krisna con algo de su
energía.
Krisna
mismo se manifiesta en Sus pasatiempos como un vaque-rito y, por supuesto,
los vaisnavas preferirían mucho más proteger las vacas personalmente
en sus propias fincas, sin causarles maltrato. Pero es un hecho que la
protección a la vaca sólo se puede organizar en un nivel
más alto, pues requiere de miles de acres de tierra de diferentes
calidades, y mucha ayuda gubernamental. Las haciendas pequeñas van
a la quiebra si aumentan el número de sus vacas. Esta es la triste
realidad que a menudo ha sido ignorada por labradores vaisnavas inexpertos.
El
cuero, o cualquier otro producto de origen animal, también puede
utilizarse siempre que éste haya muerto en forma natural. Bajo ninguna
circunstancia podemos colaborar con la industria del matadero. |